domingo, 5 de febrero de 2012

Mis lecturas.- Arturo Pérez-Reverte.- La carta esférica







Una novela de mar, es una novela que leeré con placer siempre. Sé muy bien que una novela de mar es algo que algunos lectores no leerán jamás. Recuerdo que solía ver todos los estrenos de cine que fueran películas de ciencia ficción, y los libros de ciencia ficción llenaron estantes de mis librerías. La obsesión temática no es solo un caso personal. Hoy día el tema de la novela gótica abarca multitudes, y las series góticas por TV tienen legiones de seguidores.
Fui marino, y entonces las atmósferas de soledad en el mar, camaradería, el sonido de las máquinas, el tiempo para leer, las noches de oscuridad total con sólo el ruido de las máquinas y el oleaje, los amaneceres nunca iguales, acompañados por delfines que avanzan paralelos al buque, el andar como pato en tierra firme porque el piso se acerca y aleja en cada pierna, y las horas jugando ajedrez con carefuelle, son vivencias personales que nunca olvidaré.
En la novela, las referencias de Pérez –Reverte a la literatura marina significan un guiño a lectores como yo, que me mantienen feliz y que hacen me solidarice con él: “ Joseph Conrad, Herman Melville, Stevenson, Julio Verne,” y yo agrego a Ernest Hemingway, Alessandro Baricco y el propio Pérez –Reverte.
Coy, el personaje principal de Pérez-Reverte, es casi analfabeto musical, pero ama el jazz, y nuevamente estoy con él, así como viví con intensidad las páginas de El perseguidor escritas por Julio Cortázar al hablar de Charlie Parker o las largas noches de La maga escuchando Jazz en Rayuela. Coy escucha con placer a las cinco cintas de Smithsonian Collection de jazz clásico, que incluye a Scott Joplin, Bix Beiderbecke – to Bix or nor to Bix- hasta Thelonious Monk, Ornette Coleman, pasando por Louis Armstrong, Art Tatum, Billie Holiday, Charlie Parker., y continúa – imagínense: “horas y horas de jazz con una taza de café en las manos, mirando el mar, acodado en el alerón, de noche, bajo las estrellas. La época feliz en la vida de Coy.” La nostalgia en la vida de los seres humanos.
Un tesoro jesuita en un barco hundido frente a las costas de España; las referencias a las calles de Barcelona, son temáticas que hacen interesante la lectura de esta novela de mar y tierra.

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